Para Yseult, una fotografía sólo cobra vida cuando se encuentra con el material que le permite respirar.
La elección del soporte nunca es fortuita: prolonga el gesto artístico y es portadora de su resonancia silenciosa. Cada imagen impresa es el resultado de un diálogo entre la intención visual y la sensación táctil. La tela, y especialmente el satén de seda, se ha convertido en una elección natural: su textura, su luz y su fluidez responden perfectamente a la visión de la artista.
Para hacer honor a este enfoque, Yseult colabora con los mejores talleres europeos, aquellos que dominan la impresión textil de alta definición, que entienden la nobleza de la seda y que elaboran la pieza final como una obra de arte, no como moda. No ropa. Ni un accesorio. Sino arte, para vivir con él.
De este proceso surgió un concepto singular, alejado de los códigos de la moda:

"J'aime capturer un instant pour vous en faire un présent" Yseult D.
